Boeing 737-800 de Ryanair despegando

Este viernes, Ryanair ha anunciado el despido de 3.000 trabajadores, entre pilotos y tripulantes de cabina, así como el cierre de diversas bases en Europa, aunque sin especificar el número ni la ubicación. La crisis provocada por el Covid-19 ha provocado una situación insólita en todo el mundo con efectos devastadores en todos los ámbitos.

Michael O’Leary, CEO de la aerolínea, ha anunciado que la aerolínea Irlandesa registre pérdidas netas en el segundo trimestre del ejercicio fiscal por primera vez en su historia. Este resultado negativo llegará a los cien millones de euros y se agravará en los tres meses siguientes. Ante este contexto extremadamente desfavorable, la compañía irlandesa aplicará, además de despidos y reducción de bases, un recorte salarial de un 20% y expedientes de regulación de empleo temporales.

La aerolínea irlandesa permanecerá con el 99% de su flota en tierra hasta “como mínimo” julio y estima que el tráfico de pasajeros no alcanzará lo niveles del 2019 hasta el verano del 2022, siendo optimistas. Entre abril y junio, Ryanair operará menos de un 1% de los vuelos que tenía previstos entre abril y junio y, en total, calcula que el tráfico de pasajeros no superará los 100 millones en todo el año fiscal, que finaliza en marzo del 2021, cuando la previsión antes del Coronavirus era llegar a los 154 millones.

Por todo esto, Ryanair está revisando sus planes de crecimiento y sus pedidos de aviones, negociando con Boeing y los arrendadores de aviones para reducir el número de entregas en los próximos 24 meses. O’Leary ha criticado con dureza las ayudas estatales que varios países europeos preparan para salvar a sus principales líneas aéreas de la bancarrota y ha advertido de que acudirá a los tribunales para denunciar lo que considera una práctica de competencia “desleal”.