La aerolínea con base en Keflavik ha anunciado un plan de reestructuración de la plantilla como respuesta al impacto de la crisis del Covid-19 en el sector del transporte aéreo. De los despedidos, 900 son tripulantes de cabina y 421 pilotos. Con esta reestructuración la aerolínea islandesa se quedará en plantilla con 26 pilotos. A principios de marzo la compañía contaba con 3.400 empleados.

“Para responder a esta situación, el grupo Icelandair está tomando medidas para que la compañía transite un periodo extenso de operaciones mínimas, lo que incluye una considerable reducción en el número de empleados y cambios en la estructura organizativa”, ha subrayado la aerolínea en un comunicado.

La oposición ha criticado al Gobierno islandés por no respaldar a la aerolínea y frenar sus problemas económicos. El CEO de Icelandair, Bogi Nils Bogason, ha dicho que espera volver a contratar al personal lo antes posible.